Ley de reserva baloncesto

Santiago: A pesar de las 32 temporadas que tiene el baloncesto superior de Santiago combinando grandes emociones dentro y fuera de la duela, primero en el Palacio de los Deportes y ahora en la Arena del Cibao, los clubes que accionan en el mismo a través de los años no han mostrado una cultura de cambios o de realizar movimientos en sus escuadras, sin embargo, el club Sameji es el que ha mostrado mejor desempeño a la hora de mover la coctelera.

Para la temporada del 2012, la entidad que agrupa a los sectores de Savica, Mejoramiento Social y el Ejido ha entrado en un proceso de restructuración, como se sabe ese tipo de movimientos toma su tiempo, generalmente se toma uno dos años, esa situación ha generado una serie de comentarios la mayoría no muy favorables con relación a la directiva del equipo, "los cambios siempre traen comentarios, es bueno que se entienda que son ciclos que se cumplen y tienes que realizar los cambios para crear la renovación que te exigen los tiempos, hemos iniciado ahora y estamos seguros que no tardará mucho tiempo, Sameji volverá a los primeros planos", explicó Miguel Balaguer, presidente del club, aprovechando para ponderar el desempeño que ha tenido el actual equipo samejiano en cancha.

Con los samejianos se recuerdan los casos de José Caba, Diomedes Girón, Alex Arias, Mauricio Espinal, Rafael Disla entre otros, los que llegado el momento fueron dejados en libertad o cambiados sin ningún tipo de reparos, movimientos que beneficiaron tanto al club como al jugador, contrario a otros clubes que en ocasiones provocaron el retiro de jugadores por no canjearlos o dejarlos en libertad.

Por tal razón muchos entienden se debe legislar para que esa situación cambie, se podría decir que encuentra soluciones es cuesta arriba debido a que no existe una asociación de jugadores en capacidad de buscar mejoras a la ley de reserva, la que ata a los jugadores a sus respectivos clubes de por vida, a menos que éstos dejen de accionar dos años en el torneo de Santiago.

Escrito por: Santiago Dolcine